El dinero de plástico

 

Están presentes en todas las carteras y bolsos de los ciudadanos del mundo más industrializado, pero las tarjetas de crédito, como ocurre con todas las cosas, tuvieron un origen.

 Según se comenta, la primera tarjeta nació de la idea de disponer de dinero suficiente para hacer el pago en un restaurante sin necesidad de llevar efectivo o cuando no hubiera fondos hasta fin de mes. En un principio se planteó como un modo de pago en restaurantes, aunque poco a poco se fue extendiendo hasta todo tipo de comercios.

 Si bien en Estados Unidos comenzó a utilizarse la tarjeta de crédito durante los años cincuenta, en España no apareció la primera hasta los años sesenta, y hasta la década de los ochenta no empezó a generalizarse su uso.

 Si bien la tarjeta tal y como la conocemos, es decir, como un documento rectangular con una banda magnética o un chip que se puede guardar en las ranuras de la cartera, es la que cuenta con un uso más extenso, hoy se están comenzando a implementar nuevos métodos de pago sin necesidad de llevar efectivo encima, sobre todo para realizar el pago de servicios y productos a través de Internet o por catálogo. Una de ellas es contar con una tarjeta específica para hacer pagos online aunque no sea necesario disponer del documento físico, además de las plataformas de pago virtual o el uso de los teléfonos móviles, bien sea mediante mensajes de texto o con la tecnología de chip NFC.