La “Cumbre Española” de The Economist y la Restricción Financiera a familias y empresas

El martes pasado tuvo lugar una conferencia sobre España (Spain Summit) de The Economist, de la que quizás hayáis tenido noticias por la intervención en ella del Ministro de Hacienda y el Presidente del Gobierno. Como comenta el editor de la sección de finanzas del Economist en su blog, la cuestión de la restricción financiera que están sufriendo familias y empresas fue el asunto central en conversaciones privadas y en los paneles.

Los datos son conocidos por vosotros, y los discutí en un post reciente:   la financiación para nuevos proyectos en España se está secando, con caídas en el stock de préstamos de un 8% anuales esperadas para esta año, el pasado y el que viene. Es imposible saber si estas caídas son “desapalancamiento bueno”, es decir préstamos que vencen, y cuántos proyectos buenos simplemente no encuentran financiación. Pero hay indicios creo que claros de que la restricción financiera está teniendo un impacto negativo sobre la economía española. (1) El trabajo muy reciente del que os hablaba en aquel post de Claudia Steinwender y yo (y del que habla también el editor del Economist) muestra una clara diferencia en inversiones, empleo, I+D, etc. entre empresas que operan en España y son propiedad de españoles y las que son propiedad de extranjeros. (2) Los excelentes trabajos de José Luis Peydro y sus coautores son bastante inequívocos al respecto. En este, publicado en al American Economic Review, muestran dos cosas que creo son cruciales: (a) los bancos con carteras más débiles deniegan más los préstamos, incluso cuando los préstamos son idénticos  (es decir, es oferta, no demanda) y (b) las empresas no pueden sustituir en general las restricciones financieras yendo a otro banco.

Este último punto es muy importante, en particular cuando pensamos en las duras restricciones que se han impuesto (por razones intachables desde el punto de vista de las ayudas de estado y de defensa de la competencia) a los bancos en restructuración, particularmente a los del grupo 1 (Bankia, NovaGalicia, CatalunaCaixa), y sobre todo pensando en la predominante informalidad en la economía española. Imaginad una cafetería que trabaja medio en negro, como todas, con poca documentación, como todas, con Bankia. Suponed que se le rompe la máquina y necesita unos miles de Euros. Va a Bankia, le dicen que nones. Ahora tiene que buscar otro banco. ¿Qué banco en España está ahora expandiéndose y buscando nuevos clientes? ¿Tendrá que cerrar esta cafetería? De hecho, uno podría pensar que las condiciones a las que el rescate debería obligar a estas entidades (una vez cambiados sus gestores y restructurados sus balances) es a dar más préstamos, no a no darlos– me temo que ellas estarán, como las demás entidades, encantadas de no dar préstamos a nadie dada la incertidumbre regulatoria (cambio de supervisor hacia el BCE) y económica.

En todo caso, estas restricciones financieras son un elemento más para pensar que la economía española, sigue muy grave. Se salió del ataque al corazón de julio del 2012, pero el cáncer sigue avanzando. Sí, la cuenta corriente es muy buena noticia, pero ¿si está equilibrada con 6 millones de parados, a cuánto estaría con pleno empleo? Y ¿cuánta consolidación fiscal falta para llegar a un superávit primario del gobierno de un 2 o 3 por ciento (desde el actual déficit primario del 4%), necesario para estabilizar la deuda? ¿Va a ser la economía española condenada a vivir con estas tasas de desempleo durante años y años?

Responderé a estas duras preguntas durante las próximas semanas.

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