¿Donde deberían comprar los regalos los Reyes Magos?

Aún no se ha desvelado dónde compran los regalos los Magos de Oriente. Con la intención de contribuir a que, en estos tiempos de crisis, los regalos les salgan más baratos, les recomiendo que planifiquen con mucho cuidado y con la calculadora en la mano la ruta que llevarán sus camellos para recoger los regalos.

Mi colega David Dorn me dijo un día, hace varios meses, que se iba a comprar un portátil MacBook por internet en Suiza y que pasaría a recogerlo un par de semanas después, en un viaje que iba a hacer allí por otros motivos. Sorprendido, me asaltó la duda de si sería otro caso de “home bias” (preferencia por el propio país), pero rápidamente me convencí de que no lo era en absoluto. Con suiza rapidez y meticulosidad, David me pasó un fichero con los precios en euros de un MacBook Pro 15″ Retina en 35 países el 4/10/2012 (en internet). Resulta que comprándolo en Suiza se ahorraba un 16% con respecto a comprarlo en España. Se trata de un portátil de gama alta (su precio en España es de 2.340 euros), pero como se puede ver en el citado fichero, el porcentaje de ahorro es muy parecido en modelos de gama más baja. El siguiente gráfico muestra el ahorro para cada país, frente a comprarlo en España, separando los países en tres bloques: los que tienen un precio entre el 1% y el 10% mayor, entre el 1% y el 10% menor, y más del 10% menor.

El MBP sale en Hong Kong o Estados Unidos un tercio más barato que en Hungría. Ciertamente, esto no se debe a que los húngaros sean más ricos, pues Hungría tiene solo alrededor del 40% de la renta per cápita (en PPP, ver abajo) de esos dos países. Y la renta per cápita de España es el 60% de la de Suiza. Es más, para no distorsionar la escala he dejado fuera del gráfico a Brasil, cuya renta es la cuarta parte de la de EEUU pero donde el precio casi es un 130% mayor. Y en los países PIIS (Portugal, Irlanda, Italia y España) este portátil se paga en promedio un 2.4% más caro que en Alemania.

Cabe sospechar que las diferencias de precios tengan en parte que ver con el grado de competencia en los mercados (al que tanta atención hemos dedicado aquí). La pertenencia a un mercado con libre movilidad de bienes, personas y capitales sí parece acercar los precios: dejando a un lado Luxemburgo, la diferencia entre el precio en Hungría y Alemania (el más bajo de la UE) es del 11%. Y el euro, al facilitar la comparación de precios en la misma moneda –como nos dijo en 1990 famoso informe de la Comisión Europea “One Market, One Money“–, parece haber contribuido a reducir las diferencias: entre Alemania e Irlanda (el precio más alto de la zona euro) es de solo del 3%; en Alemania, Austria y Francia el precio es igual.

En todo caso, estos precios parecen desmentir la teoría de la paridad del poder adquisitivo (PPP por sus siglas en inglés) o ley del precio único, originada en Salamanca en el siglo XVI, que dice que, en ausencia de costes de transacción –en particular, los de transporte– y de barreras al comercio, el mismo bien tendrá el mismo precio en distintos mercados cuando el precio se expresa en la misma moneda. La profesión económica ha dedicado ingentes esfuerzos a contrastar la teoría, y con conjuntos (“cestas”) de bienes amplias se ve que no se cumple (aquí una panorámica antigua del llorado Rudi Dornbusch), aunque la literatura más reciente halla una convergencia más rápida: la mitad de las diferencias desaparece en unos cuatro años (Frankel y Rose).

De hecho, el Banco Mundial calcula regularmente índices de precios que permiten comparar el PIB entre países (con los que están calculadas las rentas per cápita antes citadas). Como no se trata de dar a los lectores una teórica sobre la PPP en la víspera de Reyes, una alternativa más jugosa es la basada en comparar precios de un Mac distinto, en este caso el Big Mac, que publica periódicamente The Economist y según el cual en julio de 2012 el euro estaba exactamente en su valor de PPP con el dólar EEUU (por cierto, el dólar de Hong Kong estaba infravalorado en un 45%).

En resumen, mi consejo para los Reyes Magos: busque, compare, y si encuentra algo mejor, cómprelo.

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