Antes, nuestras carteras y monederos iban llenos entre billetes y sobre todo las monedas, que a veces no podías cerrar el monedero con tanta chatarra. Y es que antes no se llevaba tanto lo de llevar encima las tarjetas de crédito o débito y pagar con ellas.
La realidad es que hasta hace no muchos años, ni siquiera las tiendas te ofrecían esa manera de pago, y si lo hacían tenías que gastar más de una cantidad establecida para poder acogerte a pagar con la tarjeta. Ahora ya es cada vez más común, por no decir lo normal, que en lugar de dinero llevemos nuestras tarjetas para hacer los pagos. Lo raro es entrar en una tienda y que no te dejen utilizar la tarjeta como forma de pago.
Lo bueno es que al no llevar dinero en metálico la cartera es lo suficientemente pequeña para llevarla en un bolsillo. Lo que hay que tener en cuenta con las tarjetas de crédito es que en el momento de la compra tal vez no te pasen el recibo, sino que te llegue a final de mes. Es, por decirlo así, un pago atrasado, y eso hay que tenerlo en cuenta a la hora de mirar nuestro presupuesto del mes. Pero es cierto que no tener que llevar el dinero en el bolsillo nos ha simplificado la vida.